Un vino que se cuenta:
Regia regía con un rumero que rugía,
mientras yacía robusta.
Vaya si se gusta.
Valla para las demás,
arrinconadas ahí,
movidas por el viento,
cansadas de disculparse
por su "yo nunca miento".
Envidiosas sin nobleza,
incapaces de firmar su firmeza,
de creer en su naturaleza,
de ser quien son sin entereza.
Y todo por una certeza.
Ni todas ellas juntas por fiereza
podrían igualar su intensa delicadeza.
Porque yace robusta
y así, vaya si se degusta.