Juguetes Perdidos es un proyecto lleno de nostalgia, creado por un enólogo y un equipo creativo de generaciones diferentes pero con muchas ideas en común.
Nace como un homenaje a esos objetos sencillos, pequeños y analógicos que poco a poco han ido pasando a la hitoria y que forman oarte de nuestros mejores recuerdos.
El proyecto consiste en una colección de vinos irrepetibles que nos acompañarán durante una cosecha y no volverán a salir al mercado.
Para este primer capítulo presentamos un tinto graciano, una uva que habitualmente asociamos a vinos potentes, salvajes y con cierto carácter indómito... No se nos ocurre mejor metáfpra que el baile de una peonza; turbulento, imprevisible y muy rústico.
Edición Limitada a 4.500 botellas