Ubicados a 950 m de altitud, entre las localidades sorianas de Alcubilla y Villálvaro, se esconden los viñedos de Bardos, algunos de ellos centenarios e incluso prefiloxéricos. Una joya enológica y etnográfica rodeada de bosque y montañas, que le aportan al vino un estilo fresco, elegante y singular.