En las inmediaciones del río Duero, al sur de la provincia de Zamora, viejos viñedos de Tempranillo tratan de sobrevivir en tierras áridas y arenosas erosionadas a lo largo de miles de años, de ellos se obtienen uvas de alta concentración y se elaboran vinos con aromas de fruta roja madura y delicadas notas especiadas complementando su largo final con recuerdos a chocolate negro. Al igual que sucede en las leyendas basadas en la antigua mitología, donde los cuerpos de animales y humanos se fundían en una perfecta simbiosis dando lugar a imágenes sorprendente, los viñedos y la tierra en la que están anclados se funden en perfecta sintonía dando lugar a imágenes sorprendentes, los viñedos y la tierra en la que están anclados se funden en perfecta sintonía dando lugar a unas uvas únicas de gran personalidad que producen este vino equilibrado y muy elegante.